babucigus

viernes, 20 de junio de 2008

Artículo de Antonio: El Meyba.

Gracias de nuevo por aportar y enriquecer con tu artículo nuestro blog.

Muchos de nosotros nos identificamos con tu Meyba, que lo sepas. En nuestra anterior "entrada" en el blog, tienes un ejemplo reflejado en imágenes, de nuestros meybas.

__________________________________________________________




EL MEYBA

A todos los babucigus que este año cumplen 50, “la edad de oro”


Quiero agradecer públicamente a la Señora Ministra de Igualdad la introducción acertadísima de la palabra miembra en la, ya de por sí vasta, lengua española. La palabra miembra ha llegado en los albores del verano y justo cuando yo me disponía a comenzar este articulito mensual, que escribo de forma gustosa, para todo aquel que sea capaz de soportar su lectura. Y digo esto, porque andaba yo inmerso en una enorme disquisición intelectual y gramática, ya que una vez escogido el tema de este mes, me sonaba muy mal llamar miembro a aquello que aguantaba el interior del Meyba, esa parte que tan burdamente denominábamos “güevera”.
Es decir; la minga, la pilila, la churra, (o cuando uno es propicio a hablar de estos temas de forma superlativa y grandilocuente) la porra, la polla, la tranca, no son palabras que cuadren con el significado que el diccionario de la R.A.E. hace del termino miembro, ya que el miembro es el pene mismamente, palabra altamente chocante y boba ya que aún no he conocido a nadie, y tengo ya 43 añitos, que tenga un pene. La gente tiene pues eso, una picha, que es mu de Cádiz, del mismo lugar de donde es la Ministra y creo que vocablo clave para el parto de la nueva palabra.
- ¿Entonces me puede decir ya de una vez qué es una miembra?
- La miembra es la versión igualitaria del sexo masculino. La miembra es la picha, mirusté.
- ¿Entonces la miembra también es la churra y la polla y la minga y la pilila y…?
- En saliendo de Cádiz, ya la puede usted llamar como usted quiera, oiga.

Por ello creo que estamos ante un descubrimiento léxico impresionante, feminizar de una vez por todas el apéndice sexual masculino es un logro a todas luces digno de la creación y mantenimiento de un Ministerio de Igualdad.
Pues eso, que se me va la pinza, que iba yo a escribir un articulito sobre el Meyba. El Meyba, para aquellos que no hayan traspasado la primera barrera del sonido, es decir los 30 años, era una bañador muy novedoso y elegante que hizo furor en los años 70 y 80 y que como principal característica de esta prenda podríamos decir que solían ser más serios que el Viti una mala tarde, llevaban un bolsillito que se cerraba con una cremallerita de la que colgaba una cadenita con una M y que como regla general, la goma de la cintura siempre quedaba flojita, con lo que lo convertían en prendas altamente eróticas en aquella época, dado el alto número de veces que al tirarte de cabeza tú salías por una punta de la piscina y el Meyba se quedaba justo en la otra punta.
El Meyba era muy efectivo a la hora de controlar a la miembra y a sus hermanos colgantes, ya que el interior o güevera, estaba diseñado para apretar aquello de forma insolente, no dejando lugar a que las elucubraciones mentales masculinas, muy dadas en épocas estivales, se vieran reflejadas hacia el exterior. Aquello estaba diseñado a prueba de bomba. Tanto apretaba, que cuando te quitabas el Meyba se quedaban señaladas en tus blancas carnes todos los agujeritos que para la ventilación tenía la tela que configuraba la mencionada güevera.
Nunca me expliqué cómo siendo tan malo el elástico de la cintura del Meyba, pudiera apretar tantísimo los elastiquillos interiores que rodeaban las ingles, que más que elásticos parecían dos cables de acero tensados. Hasta se te ponía la voz un poco más ladina de aguantar aquel suplicio.
El Meyba sustituyó aquellos feísimos bañadores de lycra, barrigueros y a media pierna que llevaban a los lados unas cintas pespunteadas, siempre de color blanco y azul, que intentaban darle un aire deportivo a la prenda sin conseguirlo nunca.
El bolsillo del Meyba fue el culpable de que en aquellas fechas todos los billetes de veinte duros estuvieran en tan mal estado. Cuantos miles de billetes de veinte duros han permanecido dentro de aquel bolsillo durante nuestras abluciones playeras y cuantas veces oíamos aquello de ¡cojones, el dinero! Ahora me explico que la carita de Manuel de Falla, el que salía en aquellos billetes, se pareciera tanto a Cousteau, creo que hasta la fecha no ha habido dos personas que hayan permanecido más tiempo bajo el agua…
El Meyba homogeneizó la moda playera masculina, dando un carácter estándar a todos los que lo usábamos liberándonos de los actuales malos ratos que pasas cuando te das una vueltecita por cualquier playa al uso. Hoy puedes encontrarte con cualquier cosa que le llaman bañador, incluso esos modelos llamados tangas con su leve parte trasera, que debes introducir a la fuerza por la falla de San Andrés, guitilla o cintilla que debe quedar bastante perjudicada al final del verano, sobre todo si eres dado al cervecismo chiringuitero que tanto ayuda a la creación y mantenimiento de los gases internos.
La última generación de Meybas fueron dotadas, a mayor gloria de la miembra, de una portañuela que cerraba con velcro y que ni les cuento las de malos ratos que nos han dado debido a la volatilidad de ese sistema en aquellas fechas. El velcro hizo introducir el botoncito en la cintura para cerrar elegantemente la prenda como un pantalón, pero aquello nunca dio resultado ya que la goma trasera perdía la poca fuerza con la que contaba y sólo eran aptos para utilizarlos durante la comida o siesta, modelos nada pensados para la natación, ni mucho menos para el salto de trampolín, muy al uso en las piscinas de aquella época y que colaboraron mucho en los pinzamientos cervicales que hoy sufrimos los que utilizábamos aquel aparato de salto.
Al Meyba fue sustituido por el Speedo o Turbo, pensado tan sólo para personas atléticas no sólo de torso y piernas, sino también en cuanto a la miembra se refiere. Un Speedo o Turbo no era apto para personas sin relleno natural, es decir, con miembras más bien de otras latitudes donde no son denominadas pichas. Un amigo se compró uno sin posibilidad de relleno natural y para ronear con el personal femenino, se metió un paquete de servilletas que mostraba al exterior una miembra con hipotenusa, catetos y ángulos, además de quedar muy mermada al salir del baño y soltando agua las siguientes tres horas que duró la barbacoa
.
En fin que este año, gracias a la miembra vamos a tener un verano muy paritario y justo, tan justo que tras los bañadores masculinos encontraremos miembras y tras los bikinis femeninos encontraremos miembros, porque ya me dirán que es el coño… de la Bernarda

Y la crisis sin llegar…

Antonio Castaño Juncá

2 comentarios:

  • A las 5 de julio de 2008, 0:36 , Blogger babucigus ha dicho...

    Todos tus articulos son fenomenales, nos tienes enganchados a más de uno.- Sigue entreteniendonos y tambien informandonos con tú arte tan particular.

     
  • A las 27 de noviembre de 2008, 5:23 , Blogger TOÑO ha dicho...

    HOLA, SOY TOÑO LUCAS. YO VIVÍ TAMBIÉN AQUELLA ÉPOCA EN MI NIÑEZ Y ME APASIONÉ POR LOS BAÑADORES MEYBA DE NYLON, PUES MI PADRE TENÍA UNO VERDE PRECIOSO QUE LUEGO HEREDÉ. AHORA TENGO 44 AÑOS Y SIGO USÁNDOLOS, PUES SE SECAN RÁPIDAMENTE Y SON CON LOS QUE MÁS CÓMODO ME ENCUENTRO. ADEMÁS DE BAÑARME CON ELLOS LOS COLECCIONO Y HE IDO BUSCANDOLOS, INCLUSO FOTOS Y OTRAS ALUSIONES A LOS MISMOS. TENGO CERCA DE 20 Y SI PODÉIS AYUDARME A ENCONTRAR ALGUNO, AUNQUE SEA DE SEGUNDA MANO, OS LO AGRADEZCO, PUES YA ES YA CASI IMPOSIBLE LOCALIZARLOS. MI E-MAIL ES medambso@ctv.es, POR SI OS INTERESA CONTACTAR CONMIGO PARA CUALQUIER COMENTARIO.

     

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio